Apuntes de la charla de Nicolas Bourriaud – Guada Aguiar

Apuntes de la charla de Nicolas Bourriaud.
Guada Aguiar
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La estandardización del tiempo.A mediados del Siglo XIX y principios del XX se percibe una lucha entre tiempo sagrado e historizado. Las campanas y el tiempo natural han desaparecido de nuestra vida diaria, y vivimos una creciente estandardización del tiempo. 1891: Ley francesa de racionalización del trabajo. 1912: Se instituye definitivamente el meridiano de Greenwich como referencia para crear un tiempo universal estandardizado. Ese mismo año aparece el arte abstracto. La relación entre Kandinsky y Mondrian con la estandardización del tiempo es algo que debería estudiarse: Abstracción que genera tiempo.

Siglo XX: Direccionalidad hacia el futuro. No tenemos forma de colocar los eventos en una línea (antes también ha traído problemas la ordenación de la historia en una línea, siempre hay cosas que complican esta forma de orden). Al analizar la contemporaneidad, a veces olvidamos la proliferación de objetos y de símbolos. “Saturación” y “uso del tiempo” son las dos características principales de nuestro tiempo.

Tiempo y espacio están cambiados: Todo se memoriza, se retiene, se conserva: “Industria de la memoria”. Mientras más información hay, más la guardamos. Precariedad permanente: Cada vez más objetos, y a lo tangible lo vemos como “lo que se retiene”. Acumulación de signos: ¿Qué es el pasado entonces? Un espacio enorme.

Bruno Latour, en su texto “Nunca hemos sido modernos”, dice que para ser modernos las cosas tienen que ser revisadas para seguir un flujo, una linealidad (visión de la temporalidad moderna). Ahora tenemos un flujo turbulento lleno de flujos de distintas temporalidades. El tiempo, de ser irreversible, ahora es “reversible”.

El tiempo se puede comparar con trenes que van en distintas vías. En arte, lo que se retrasa o lo que se adelanta no se expresa en forma sistemática. Vivimos una especie de pluritemporalidad, de “heterocronía”: Copresencia de elementos de distintos períodos de tiempo. Michel Serres compara el tiempo con una cafetera: el flujo va variando según el estado de las vías; hay algunos canales rápidos, y otros son lentos.

Con la visión lineal del tiempo ocurre que se cree estar muy cerca de algo cuando en realidad se está muy lejos, y viceversa. Topología: disciplina que busca formas de traducir el espacio. La intuición de una visión espontánea del tiempo ( de y la cercanía de los nodos) está presente en varios autores. Siempre se habla de lo local/global, y se adapta al concepto de geometría antigua, con la geometría euclidiana. Hay que pensar que las culturas antiguas están relacionadas con el presente, hay que ver la historia como un camino. Jorge Luis Borges, en “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” plantea una cultura donde sólo tienen en cuenta el tiempo como realidad, no cuentan el espacio. Borges juega con una especie de contrario a nuestra cultura.

Cualquier instalación puede considerarse en cuestiones de tiempo. La exposición como un medio genera una relación interconexa que produce una situación de contrariedad en el tiempo. La idea de una máquina que se mueve (y no máquinas sedentarias) está relacionada con esta forma de pensar. Cómo una obra puede pertenecer a distintos tiempos. En “El perro de Pompeya”, de Allan McCollum, por ejemplo, que el objeto tenga más que ver con una especie de autenticidad convertida en lo contrario por su reproducción.

Los artistas actuales circulan por el tiempo (esto está relacionado con los medios que tenemos en casa para retener el tiempo: cámaras de fotos, de video, etc.). La tecnología banaliza el pasado, y esto acelera el tiempo (trivialización del pasado). Usamos los objetos de forma extraña. Derrida dice que la tecnología crea fantasmas, creando pasado y futuro. Estos espectros dan también una mayor intensidad a nuestra vida. Está produciendo dobles todo el tiempo.

Murcia es en sí un texto. “Estratos” es un intento de rellenar huecos en ese texto, contestar es texto. Una ciudad es un radar que puede crear líneas de la realidad en forma visible. Siempre se puede decodificar la historia de cada lugar, según cómo coexisten pasado, presente y futuro.

Liam Gillick intenta en sus obras decodificar escenarios para poder manipularlos. Nuestra realidad actual, nuestra cotidianeidad, están aquí para siempre. Tenemos que llegar al final del tiempo.

Hay obras que hacen que todo se vea frágil, precario, reinventan nuestra visión de la realidad. La misión del arte contemporáneo: hacer notar que todos vivimos en construcciones históricas que son un proceso sin fin y sin origen. Para salir de la visión modernista hay que tener esta idea: explorar una bifurcación en el tiempo (ya sea generada por nosotros, o que se nos ofrece) es tarea política fundamental. La idea de artistas semionautas.

Esta idea de navegación está relacionada con los nuevos potenciales del tiempo. Todos somos centros de emisiones múltiples. Hay discursos infinitos actuando permanentemente a nuestro alrededor. El artista crea perturbaciones en esta red de signos.

Otro factor importante en la constitución del tiempo es la amnesia. Los políticos franceses, en este momento, están creando amnesia, y esto no se puede considerar positivo. Esto puede relacionarse con Nietszche y su planteo del no poder digerir ciertas cosas. Estaríamos entre la amnesia y la indigestión.

La producción masiva de amnesia hace que algunos artistas consideren la larga duración como estrategia. Tiene algo de exótico, es una especie de violencia a nuestra concepción del tiempo. Un shock. El tiempo cronológico es una especie de ficción. La memoria recuerda desordenadamente los hechos. De esto habla Georges Kubler, en “Las formas del tiempo”, 1962.

Exploración y descubrimiento son temas muy importantes en los artistas actuales. La arqueología del artista y la exploración del tiempo. Una vez que nos deshacemos de esta excitación que produce lo nuevo, podremos concentrarnos en el descubrimiento. Lo nuevo debe estar relacionado con el descubrimiento, pero éste no tiene por qué ser nuevo (como el trabajo de los arqueólogos).

La forma de pensar de los artistas es similar a la de los exploradores del Siglo XIX: la evolución formal está relacionada con los viajes y los descubrimientos. Pero hay un nuevo tipo de tiempo-espacio en el arte actual: a que hacer una ruta para ver las obras, por lo que entra aquí la cartografía. Las obras se relacionan con otras que pueden no estar ahí, en el tiempo o en el espacio. Podemos ver dentro de esta relación espacio-tiempo los viajes de los artistas.

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Diálogo con el público:
En respuesta a una pregunta del público:
-Yo no dejo de lado el modernismo, además me considero un modernista del Siglo XX. Pero puede generarse una nueva visión del tiempo teniendo en cuenta la visión del Siglo XX. El sentido de utopía no tiene que estar relacionado con el futuro. Esa es sólo una posibilidad. Modernidad significa vulgarización del presente. Hay que mirar al pasado pero sin nostalgia.

Pregunta de Miguel Ángel Hernández Navarro: – Has hablado del tiempo presente como topológico o heterocrónico ¿Hasta qué punto es ya un tiempo topológico, o sea, un tiempo que vaya más allá de la representación euclidiana? Nuestra cultura aún se rige por un tiempo euclidiano, un tiempo en el esquema occidental de las coordenadas euclidianas “+1 y -1” (sin el cero como posibilidad). Un tiempo cartográfico gestado en la modernidad, mentalmente representable, e el que aún vivimos. Creo que los artistas están proponiendo un tiempo topológico, que no es fácilmente representable en el espacio mental. ¿Piensas que este tiempo en el que vivimos sigue siendo topográfico o que ya comienza a ser topológico?

Respuesta: – La realidad actual es imposible de representar en forma figurativa. Es un flujo. No se puede fotografiar o pintar. Los últimos veinte años se ha desarrollado una iconografía de lo invisible, y se ha representado a la realidad como proceso. El artista usa aparatos para captar el dinamismo. Las herramientas cartográficas, por ejemplo, son muy importantes en las obras de esta exposición. Alan Badiou dijo que el siglo XX es el siglo de la abstracción. Hacemos tabla rasa, eliminamos lo superfluo para llegar al núcleo. También podemos hablar de adiciones, una cosa relacionada con otra (una multiplicación). La hibridación es un término producto del encuentro cultural.

Pregunta del público: – Mi duda tiene que ver con la idea de cita, pero no en el sentido postmodernista sino como modo de mejorar la realidad tomando cosas del pasado…

Respuesta: – Se puede comparar con el proceso del psicoanálisis, porque estás analizando síntomas y recuerdos para dar significado al presente. Del síntoma al signo, o del síntoma a la forma. La sociedad funcionaría aquí como sistema nervioso, o como cuerpo que refleja la situación de la gente.

Pregunta del público: – Ártico – antártico: ¿se han convertido en un símbolo del tiempo sagrado? Muchos artistas han trabajado en los polos. Por otro lado, no sé si la popularidad de los artistas no afecta a las obras…

Respuesta: – Creo que el arte está en un momento muy comercial. Tienen que tener una visión fuerte. Hay cada vez más coleccionistas que buscan algo en particular, una línea, en sus colecciones. El gesto moderno está basado en la idea de adónde vamos, y no de dónde venimos. Hay que encontrar el lugar hacia donde vamos.

Guada Aguiar
CENDEAC, Murcia, febrero de 2008.


+ info: http://producirinconsciente.blogspot.com/2008/02/heterocronas-y-estratos-nicolas.html



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